Errores en reforma integral cocina

Si estás cansado de tu cocina y ya no aguantas más para tener la cocina que siempre te has imaginado, es tu momento. Comienza a imaginar y a proyectar como querrías que fuera. Nadie mejor que tú sabe las necesidades que tenéis en casa y como debe de ser. Pide ayuda a profesionales porque tu experiencia podrá darte ideas que no se te habrían ocurrido. Ahora es el momento de crear e imaginarte tu cocina ideal.

En esta última época las cocinas se sitúan a la cabeza entre las remodelaciones que se hacen en una casa. Tenemos normalmente claro que es lo que queremos cambiar y como queremos que quede pero, no es de extrañar que a lo largo del proceso de la reforma surjan imprevistos que no teníamos reflejados en el proyecto y haga que esta se retrase y alargue más de la cuenta. Por lo tanto, te recomendamos que antes de empezar la reforma eches un vistazo a estos errores que son bastante comunes entre nuestros clientes pero muy fácil de evitar.

 

  1. No ponerte en las manos de un buen profesional.

Entenderán perfectamente nuestras necesidades y lo único que quieren es ayudarnos y que salgamos satisfechos del proceso. Ellos nos harán preguntas acerca de nuestros hábitos para saber cuánto espacio necesitará cada estancia o directamente para entender nuestras necesidades en la cocina; cómo distribuirla,  cuánto almacenaje vamos a necesitar, en resumen, una cocina que se adapte perfectamente a nosotros. Es importante que la persona en la que depositas tu confianza conozca que tipo de cocineros somos, de esta manera podrá hacer un diseño más o menos ergonómico de la cocina, unas alturas u otras en el mobiliario, para evitar futuros dolores de espalda, por ejemplo.

Partiendo del presupuesto que nos hemos marcado desde el principio, el técnico nos asesorará para hacerlo de la mejor manera y no cometer ningún error. Es importarte preguntarle a cerca de los tiempos que estima para la reforma para que nosotros nos hagamos una idea y luego no nos llevemos sorpresas.

No te preocupes, te ayudarán a que tu cocina sea única para ti, funcional y práctica.

 

  1. Olvidarnos de las instalaciones a la hora de reformar.

Es muy importante que tengamos en cuenta todos los residuos que podemos generar en la cocina y por lo tanto como vamos a gestionarlos para que desaparezcan. Un buen aparato de extracción que solucione los olores en la cocina que se puedan extender por toda la casa, necesitará de un análisis para conocer la aspiración que va a necesitar y la salida al exterior posible en cada caso. Te recomendamos que para mejorar su eficiencia sea lo más corto y recto posible, siempre teniendo en cuenta la normativa.

Puedes colocar el fregadero frente a la ventana y un grifo llamativo y plegable, puede ser que sea algo más costoso que una cocina tradicional pero si pasas mucho tiempo en la cocina, te valdrá la pena la inversión.

Es mejor dejar un espacio prudencial de encimera entre el fuego y el fregadero, lo ideal es colocar la vitrocerámica en una isla para cocinar más cómodamente, pero si no es tu caso, con una distancia conveniente será más que suficiente. También es conveniente situarla lo más alejada de corriente de aire (sobretodo si tenemos cocina de gas), del espacio de comedor o de las estancias con las que linde (en caso de que sea una cocina abierta).

Tampoco puedes olvidarte de la instalación eléctrica. Una cocina debe estar muy bien iluminada y por supuesto suficientes enchufes. Piensa por un momento la cantidad de electrodomésticos que activas mientras cocinas. Cuando estés diseñando la cocina, piensa también dónde quieres colocar los puntos de luz y los enchufes para que cuando los albañiles empiecen la reforma los coloquen ellos donde les parezca más acertado. Asegúrate de que todas las instalaciones quedan sobre el falso techo y entre los revestimientos de las paredes. Una vez terminada la reforma con los materiales que revisten ya colocados, serán mucho más difícil y costoso de mover. No cuesta nada dedicar un tiempo a pensarlos y te ahorrara quebraderos de cabeza pasado el tiempo.

 

  1. No pensar en la funcionalidad.

Cuando diseñamos una cocina solemos pasar mucho más tiempo pensando en el diseño y la estética que en lo realmente funcional. Por ejemplo, los electrodomésticos. Es importante conocer las fichas técnicas de los electrodomésticos y saber si van a necesitar una ventilación, toma de agua o de luz, huecos para colocarlos mayores de lo que habíamos proyectado y ahora no nos entran, alturas o anchos mínimos, diámetros para las salidas, etc. Siempre hay que tener en cuenta estas necesidades ya que suponen detalles esenciales que pueden provocarnos que no entren los electrodomésticos que ya tenemos comprados o encargados.

Otro fallo en la funcionalidad es no tener en cuenta el almacenaje. Ten esta frase clara: en una cocina nunca se tiene suficiente almacenaje. Es primordial diseñar la cocina aprovechando al máximo cada rincón. Si por ejemplo tienes una altura libre considerable, puedes colocar armarios en esta zona y usarlos para almacenar lo que utilices menos, por el contrario, reserva los armarios de altura media para los utensilios de diario que necesites más a mano.

Recuerda que la cocina ante todo tiene que ser práctica y cómoda para cocinar, que es la principal función. Busca que siempre tengas estos tres módulos bien dotados: preparación, elaboración y almacenaje.

Por último dentro de la funcionalidad, intenta utilizar materiales que sean fáciles de limpiar. Piensa que en esta estancia es muy fácil que salten salsas, se manche de aceite o similar, por lo tanto los papeles pintados o pinturas no son la mejor opción. Usa revestimientos más resistentes a detergentes o desinfectantes como el cristal, el acero, la piedra o la cerámica.

 

  1. Pasar por alto las barreras arquitectónicas.

Siempre hay que estar atento a los posibles obstáculos arquitectónicos que se ponen en nuestro comino. Considera cada detalle y hazlo tuyo, utilízalo para darle ese toque único a tu cocina. Si por ejemplo quisieras abrir la cocina al salón y tienes un pilar cerca, puedes utilizarlo de separación o para colgar un espejo o una estantería que sirva de transición entre una estancia y otra. En este punto es más importante si cabe que las personas que tienes a tu disposición sean profesionales. Ellos te dirán con seguridad si es posible mover un tabique o picar para ganar centímetros en un pilar. Si es un falso techo o si podemos desplazar la ventana a nuestro gusto. Dentro de que tienes que proyectar y dar rienda suelta a tu imaginación, existen unos límites que un profesional te dirá y te ayudará a explotar al máximo.

 

  1. Solo pensar en la estética.

Este apartado es fundamental y aunque ya hemos hablado de la importancia de la funcionalidad en la cocina, es necesario hacer un apartado exclusivo para esto.

Las cocinas abiertas al salón están cada vez más de moda y es normal. Una cocina que derriba los tabiques y se convierte en una estancia mucho más amplia y luminosa. Das paso a un espacio multifuncional y versátil, pero no es oro todo lo que reluce.

Hay que tener en cuenta muchos más aspectos que el estético.

En el momento de tirar la pared pueden aparecer sorpresas, es recomendable que midas y dibujes bien como va a ser el resultado antes de actuar, puede ser que el abrir ese espacio no te aporte el resultado esperado entorpeciendo la distribución del salón.

También hemos encontrado casos en que la pared de separación albergaba la instalación y esto multiplique el presupuesto bastante. También se ha dado en caso en el que la cocina y el salón tenía un pequeño desnivel, por lo que se tuvo que subir o bajar le suelo de una de las habitaciones para igualarlo, y eso si que puede ser un gran desembolso inesperado.

Ten en cuenta la iluminación de ambas estancias y procura que creen un espacio armonioso una vez las juntes. Por supuesto si abres la cocina, los acabados de ambas salas deben de estar relacionados para crear un ambiente uniforme. La cocina y todo el mobiliario que la conforma debe de convertirse en una pieza más del salón.

Uno de los puntos más importantes y funcional es la campana extractora. Olvídate de una campana escultórica que luego no sea eficaz, busca un modelo empotrado al techo que apenas se vea pero que te garantice la absorción de olores sin un ruido excesivo.

 

  1. Confundir los profesionales.

Te advertimos que no es lo mismo el profesional de cocinas que el reformista. Es decir, una persona escuchará tus ideas y las diseñará y proyectará en el papel para que se hagan realidad. El otro será quien ya con esas ideas, las materialice. Puede ser que en la misma empresa cuenten con ambos profesionales pero sino, tendrás que contratar a profesionales diferentes y cada uno tendrá sus márgenes de beneficios.

En casos puntuales como puede ser la reforma de una cocina, quizá no sea necesario un interiorista puesto que la misma empresa de reformas te dará un asesoramiento individualizado, pero si quisieras hacer una reforma integral una empresa de diseño podrá darte muchas más ideas ya que cuentan con una experiencia mucho más amplia en ese sector. Esto será un plus de buenos resultados en tu reforma.

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