Reforma de Dormitorio con vestidor y baño

¿Quién no ha deseado alguna vez tener en su casa un vestidor de película? Y es que contar con un vestidor tiene grandes ventajas, como facilitar que nuestra ropa se encuentre ordenada en todo momento o el poder decidir con un simple vistazo el outfit ideal para salir de casa. No obstante, hoy queremos avanzar un paso más y contaros las virtudes de los dormitorios con baño y vestidor. Sí, constituye todo un reto, pero si tu casa posee los metros cuadrados suficientes y con las licencias necesarias en orden ¿por qué no abordar la reforma que te permitirá alcanzar el dormitorio de tus sueños?

¿Qué debes tener en cuenta antes de decidirte por un dormitorio con baño y vestidor?

  • El espacio. Es un aspecto esencial, ya que la inclusión de un baño y un vestidor dentro de un dormitorio requiere muchos metros cuadrados. Así pues, lo más aconsejable es analizar con un profesional si nuestra idea es factible o si, por el contrario, la distribución quedará muy ajustada. Si tu caso es el segundo, no te preocupes, existen alternativas. Tal vez puedas reaprovechar una habitación próxima al dormitorio que actualmente no esté en uso y utilizarla como vestidor o, incluso, renunciar al vestidor y colocar en su lugar un armario de grandes dimensiones en el que puedas tener la ropa perfectamente ordenada.

La estética. Como es lógico, a la hora de decidir los materiales y acabados del baño y del vestidor debe tenerse en cuenta la estética conjunta de la habitación. Analizando el dormitorio de forma global, y no como una suma de piezas independientes, conseguiremos armonizar una estancia en la que vamos a pasar mucho tiempo.

Las puertas. Como hemos indicado en el punto anterior, el espacio constituye la principal limitación para alcanzar nuestro ansiado dormitorio con baño y vestidor. Por ello, las puertas correderas pueden convertirse en un magnífico aliado, tanto para el baño como para el vestidor, ya que no nos robarán ningún centímetro de más. Asimismo, durante la reforma, podemos aprovechar los frentes externos de las puertas del vestidor para colocar espejos, solución que ayudará —de nuevo— a ganar espacio.

 

La privacidad en el baño. Si bien últimamente se tiende a crear espacios diáfanos e, incluso, a prescindir de tabiques que seccionen el espacio, el baño siempre debería garantizar la privacidad, al menos en la parte relativa al inodoro y el bidé. Si queremos asegurar la privacidad sin renunciar por ello a la luz natural, podemos resolver este espacio con cristales traslúcidos.

La luz. Lo ideal sería contar con luz natural en el vestidor, pues con ella se aprecian mejor los colores de la ropa y los zapatos, sin embargo, no es sencillo que la distribución de la estancia lo permita. Por ello, lo más frecuente es que los vestidores tengan diferentes puntos de luz artificial, siendo una buena alternativa las luces LED que se instalan en los filos del mobiliario para alumbrar puntos específicos del mismo. Que una de las luces sea más tenue puede resultar útil si se comparte el dormitorio y una de las personas madruga más, ya que de esta manera uno puede cambiarse sin molestar al que continúa durmiendo. Por otro lado, si la habitación tuviera una buena fuente de luz natural, se puede tratar de potenciarla estableciendo tabiques traslúcidos o jugando con espejos.

Ducha o bañera. De nuevo, el espacio será el que determine la elección, imponiéndose en la mayoría de casos el plato de ducha. No obstante, hay dormitorios muy espaciosos que permiten instalar una bañera e, incluso, una ducha y una bañera. Otra alternativa realmente espectacular para habitaciones muy amplias es la de instalar sanitarios suspendidos o la de la bañera exenta, sin duda, un verdadero lujo.

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