Errores en una reforma integral

Las reformas integrales pueden traer consigo una serie de errores que se suelen repetir si no tomamos las precauciones correctas y nos adelantamos a los acontecimientos. Te recomendamos estructurar bien la reforma y no pensarlo de un día para otro. Esta organización será clave para el desarrollo de la reforma.

Una vez tomada la decisión de hacer una reforma integral hay que intentar cambiar de mentalidad y olvidar ideas preconcebidas, injustificadas o pasadas de moda, diseñar una vivienda tal y como tú la quieres y tomar las decisiones acertadas y a tiempo.

Hemos recopilado una serie de los errores más comunes que se cometen antes, durante y después en las reformas integrales y por supuesto como subsanarlos gracias a un equipo de expertos.

  1. No fijarnos un presupuesto real

Es fundamental que marquemos un presupuesto y conozcamos cuanto estamos dispuestos a gastar. No pidas presupuestos a las empresas sin saber cuanto es el máximo que puedes pagar. Debes de acotar hasta el último gasto para que no haya luego sorpresas, tener en cuenta todas las partidas que se realizan en una reforma integral, desde las más costosas hasta las que parecen más insignificantes. Todo suma. Si no tenemos en cuenta esto puede quedar la reforma a medias o salir mal parados económicamente.

Los pagos deben dividirse en tres partes; la primera al inicio de la obra, la segunda durante el transcurso de esta y la última una vez se finalizan todos los trabajos.

 

  1. No solicitar varios presupuestos

Quien va a ejecutar la reforma es la decisión más importante de todo el proyecto. Escuchar varias propuestas te ayudará a decidir y a poder tomar una decisión argumentada. La parte económica es importante, pero no la que más. No te dejes llevar únicamente por el presupuesto porque puede traer sorpresas. Contrata a los mejores profesionales y a aquellos que veas capaces de terminar la obra a tiempo y con buenos resultados. Consultar en sus páginas webs, contactar con antiguos clientes. Te ayudará a saber como trabajan y si te convencen.

  1. No prestar atención a los imprevistos

Es usual encontrarnos con imprevistos a lo largo del proceso de la reforma, sobretodo en viviendas antiguas donde los materiales pueden estar deteriorados, haber desniveles. Puede ser el caso de que se rompa una tubería a la hora de cambiar los azulejos o demoler parte de la tabiquería. No es sorprendente que el presupuesto tenga que inflarse un poco. Por lo tanto, recomendamos disponer de una partida de imprevistos.

 

  1. Anteponer el diseño a la funcionalidad

El mundo real no es Pinterest. Entendamos que eso puede formar parte de simplemente decoración pero no de productos accesibles ni disponibles. Son solo inspiraciones. Recomendamos siempre tener en cuenta la comodidad de una casa y de sus estancias. Acabarás agradeciéndolo a la larga. Una buena carpintería exterior, mobiliario práctico, la orientación de nuestra vivienda para poder aprovechar más las horas de luz natural, colocación de los radiadores para distribuir los focos de calor.

  1. Dejar el amueblamiento para cuando termine la obra

Pensar como quieres distribuir y amueblar las estancias antes de que termine la obra te ahorrará muchos malos ratos. Tienes que pensar en las superficies, los puntos de luz, las tomas para la televisión.

 

  1. Desesperarte por los plazos

Las obras se retrasan casi siempre, por eso es importante que antes de empezar ya sepas que esto también te puede pasar a ti. Se trata de plazos orientativos. Hay que intentar tener paciencia, es interesante apuntar que cuánto mejor proyectada esté la reforma desde el principio, mejor ritmo llevará.

 

  1. No dejarte aconsejar

Llevar unas ideas muy fijas puede hacer que desaproveches la oportunidad de escuchar otras posibilidades que te harían cambiar de opinión y mejorar en los resultados. Aprovéchate de la experiencia de los técnicos que contrates. Deja que el equipo de profesionales lleve el peso y tu quedarás más liberado de todo lo que conlleva la reforma. Confía en que el ellos también desean el mejor resultado.

Con esto no queremos decir que te desentiendas de la reforma, de hecho es importante participar en el desarrollo, pero en su justa medida.

  1. No proyectar un diseño acorde a nuestro plan de vida

Si se trata de un proyecto de primera residencia, plantearnos cuestiones; si pensamos ampliar el número de personas que la habitan, si las habitaciones van a tener otro uso en el futuro, si necesitamos realmente tantos baños, el hecho de incorporar armarios de obra que luego nos imposibiliten mover tabiques.

 

  1. No guardar los papeles relacionados con la obra

Contratos, tickets, garantías, todo lo relacionado con la obra serán tus justificantes en caso de que hubiera la necesidad de reclamar. Haz fotos a los tickets y prueba los aparatos siempre en el periodo de garantía.

 

  1. Pensar que mas adelante arreglarás los fallos

Pasar por alto errores pensando que en un futuro los arreglarás puede ocasionar problemas. No se trata de arreglar un desperfecto tapándolo con un mueble o con decoración. Pensar las los detalles sobre un papel antes de que sea demasiado tarde y ya se haya ejecutado mal.